lunes, 4 de febrero de 2013

Creadores; Christian Lacroix

CHRISTIAN LACROIX
“LA PASIÓN DE LAS CORRIDAS DE TOROS”
“A través de la emoción quiero llevar a la mujer a la intimidad de mi arte”...



 BIOGRAFIA Y RECUERDOS DE LACROIX:
Nace bajo el cielo de Arles en 1951 dentro de una familia acomodada y tradicional. Creció entre ruinas, teatros romanos y esculturas clásicas, esto lo ha marcado.
Como anécdota curiosa de su infancia, a Lacroix le gusta recordar cuando su abuelo a los cinco años le preguntó qué quería ser de mayor, Lacroix respondió; “Quiero ser Christian… Dior”.
Sus recuerdos de infancia, sus estudios en el colegio religioso de Saint-Honoré-les Bains, su liberación paseando sus pies descalzos por las planicies de la Camarga en pleno verano, y como no, recuerdos de aquella época entrañable, las corridas de toros, Dominguín y Ordoñez.Si admira tanto las “corridas” es porque le sugieren, según palabras del diseñador, la idea del circo romano, de los gladiadores, de los combates en la arena.Las tardes taurinas se ven reflejadas en su ropa, ese brillo oro, el rojo y el negro de los trajes.
Y de los toros, al teatro. El teatro para Lacroix era uno de los lugares sagrados, su lugar de recreo favorito, su pasión por la escena le hacía imaginar diversos vestuarios de ballet que no pensaba serian algún día una realidad sobre las tablas.



LA AVENTURA DE DISEÑAR:
Al joven Lacroix le encantaba dibujar y vestir al maniquí con un vestuario de una época determinada, en Montpellier elabora un dossier sobre la evolución de la moda, se traslada a París y se matricula en la Sorbona, preparando una tesis sobre la evolución de la vestimenta en el siglo XVII.
Entran en escena dos de las personas más importantes en la vida de Lacroix;  Françoise, su esposa, la cual le abre las puertas de París. Y el personaje que lo introduce en el mundo de la moda  Jean Jacques Picart, de aspecto bohemio, pero con un criterio realista.
Tanto Picart como Françoise sostienen y defienden el imperio Lacroix.
En 1981 trabaja al lado de Guy Paulin, a quien Lacroix define como “un verdadero maestro de la pureza”, al mismo tiempo realizó una colección con espíritu francés para el modisto Japonés Jun Ashinda.
Inés de la Fressange, maniquí de Coco Chanel e intima amiga de Lacroix, muestra uno de sus modelos a Jean de Mouy, director comercial que se encontraba a la búsqueda de un estilista, de esta manera Lacroix comienza a trabajar en Patou, una de las primeras casas de costura francesa.
Christian Lacroix revolucionará ese mundo estático que en ese momento es Patou provocando la atención de críticos y periodistas.
En 1985 una colección de Patou rompe con su larga historia anterior; Volantes, toques de guitarra, peinetas, los aires del mediterráneo representados con los colores y las formas. La colección es todo un éxito y al año siguiente comienza una larga lista de premios para Lacroix con el dedal de oro de la costura francesa, otro de los premios recibidos fue “El Oscar al mejor diseñador extranjero” otorgado por el consejo de diseñadores de América en 1987.



EL IMPERIO LACROIX
Tras varios años al frente de la casa Patou, por fin Lacroix crea su propia casa de costura, para ello cuenta con la confianza de Bernard Arnoult, presidente de la financiera Agache, importantísimo grupo de empresas propietaria de la prestigiosa firma Dior.
Uno de sus éxitos triunfales fue cuando presentó su colección personal para el invierno de 1987, la colección tenía por marco los salones del Hotel Intercontinental de París, la prensa internacional alabó el espectáculo del nuevo genio, pionero de la “Nueva costura”. En este desfile Lacroix puso como fondo la Española Contemporánea y es porque piensa que ésta junto con la ópera italiana es lo que le causa una mayor emoción y sirve de fondo magnifico a cualquier idea, época y cualquier parte. El desfile de Lacroix, fue un gran espectáculo que bien podía parecer la Maestranza en un día de feria de Abril.
Para Lacroix la alta costura no es un arte mayor, es un arte decorativo, un traje exclusivo para una sola mujer,  una sola ocasión por que no habrá una segunda vez. El Pret-a-Porter, es el marketing, un producto de consumo que tiene derecho a equivocarse y debe proponer solo los buenos colores, buenos cortes, buenos precios y el buen momento, debe gustar a muchas mujeres al mismo tiempo, ser a la vez útil y llevable el mayor tiempo posible.



PERFIL DE UN GENIO DE LA MODA
Christian Lacroix es el resultado de una mezcla de ingenio, frivolidad, cultura y folklore, cultiva el arte en exceso y le gusta que lo identifiquen de extravagante. Sin embargo es más bien un hombre de aspecto clásico, aire ingenuo, amante del pasado y sonrisa pícara.
Juega fuerte con la inspiración española y los motivos más folklóricos de Arlés, su tierra natal. La ropa que más le caracteriza son las faldas de seda acolchadas, tafetanes, crinolinas, caracos de Indiana aliados con las siluetas gitanas de boleros bordados, chales rayados, volantes, encajes, pompones, sombreros y mantillas que parecen salidas de un “Capricho Español”.
Sus colores favoritos son; el rojo, el bermellón, el coral, el fucsia y el violeta.
Entre sus aficiones están; el teatro, el sol, la Opera, la música española, contemplar un crepúsculo, las arenas y los caballos salvajes.
Su creador favorito ha sido siempre Yves Saint Laurent y venera a Balenciaga por su excéntrica frialdad.
Sus tipos de mujer preferidos son las estrellas de los filmes americanos de los 50, entre ellas la rubia favorita de Hitchcock; Grace Kelly y la bellísima Deborah Kerr y le apasiona la nueva gitana, mujer meridional morena y extrovertida.
Influenciado por Balenciaga, la Opera y el teatro, el considerado por la revista Time “El Rey de la Alta Costura” pasa a ser el modisto más copiado del mundo. En cada colección Lacroix muestra un increíble poder poético al mismo tiempo que la fuerza y el dinamismo de la nueva creación.
Aquél niño que quería llegar a ser Christian Dior, ha pasado a ser simplemente… Christian Lacroix.

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